Hace poco un profesor nos pidió que eligiésemos un anuncio
original y otro, nada creativo. La elección estaría determinada por los gustos
y preferencias de la persona. Pero, sobre todo, esa elección iba a estar
marcada por la cultura publicitaria de cada uno.
Me explico: algo que a uno puede parecerle muy original, podría dejar de parecérselo a otra persona conocedora de que, años antes, se ha publicado una campaña casi idéntica o muy parecida. Conclusión: cuanto más anuncios devoremos, mejor podremos juzgar la originalidad de algo.
Pues bien, hoy os traemos precisamente eso: varios ejemplos de anuncios que se han creado para marcas distintas y que, sin embargo, nos resultan muy parecidos. ¿Debemos pensar que es una simple casualidad o que es algo intencionado? Nosotros apostamos más bien por lo segundo.
Fuente: http://www.joelapompe.net/
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